Me duelen las palabras
que he tenido que oír
taladran mi alma
asesinas de alegría.
Pero también me duele
lo que he querido escuchar
y nunca nadie
ha sentido decir.
Recuerdo mi mirada
de aquellos días,
en que esperaba el amor
como una gran fiesta.
Una mirada
llena de ternura,
que se fue apagando,
se mudó de sonrisa.
Joice
en un dia donde su sonrisa se nublaba
de lluvias heladas, cariños picamiel
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